Joana*, hija de misioneros transculturales, vivió un profundo viaje de sanidad y búsqueda de su identidad en Dios, transformó la visión de sí misma y del llamado que Dios tenía para su vida.
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José* y el grupo de oración que ayudó a fundar en su oficina en Medio Oriente es un testimonio notable de cómo la fe florece incluso en entornos donde la libertad religiosa está restringida. A través de una simple práctica durante los almuerzos donde los encuentros de oración se transformaron en un movimiento que tocó las vidas de varias personas de diferentes partes del mundo.
"Cuando compartimos cómo hacer un huerto, contamos la historia de la Creación, cómo Dios creó los cielos y la Tierra", explicó Salman del sur de Asia. "Entonces decimos: 'Está bien, ahora ve a la casa de al lado y ayuda a hacer un jardín y haz que tu familia les cuente la historia... Entonces, a través de eso, la gente aprende las historias y las comparte también en otras aldeas".
En el Sahel, el intercambio efectivo del Evangelio se produce cuando se capacita a la población local para discipular a aquellos con quienes comparten una cultura. Y eso es justo lo que Aziz y Alia están encontrando nuevas formas de hacer.
En un área donde la población es mayoritariamente budista, los trabajadores de OM están viendo que la gente se vuelve a Cristo después de ver la diferencia que Él hace.
Se está produciendo un nuevo curso bíblico en varios idiomas para los creyentes en regiones de difícil acceso.
Al crecer, Heart vio la fe de sus padres en acción y fue ese ejemplo lo que encendió su decisión de comprometer su vida a Cristo.
Al ofrecer hospitalidad y abrir las puertas de su hogar para invitar a otros a participar en el estudio de la Biblia, Esaú y Alicia han sido testigos de cómo Dios ha enriquecido su dedicación y tiempo con multiplicadas bendiciones.
El terremoto de magnitud 7,8 en Turquía llevó al ministerio de Jabari con los refugiados sirios de una interacción principalmente en redes sociales a un contacto directo en persona. Tanto él como su esposa perciben una apertura en muchas personas para escuchar las buenas noticias.
Ricardo combina su pasión por el fútbol y su creencia en el poder transformador del evangelio para llegar a los niños “a través del deporte”.